lunes, 10 de enero de 2011

"El multiculturalismo ha muerto" A. Merkel

Es un hecho la “crisis de identidad” que sufre el continente europeo, y la cohabitación de la Globalización, la UE, la inmigración, el poder de los medios, la vulnerabilidad y malestar social y la crisis o desaceleración económica de la que miles de millones de hogares en el mundo son víctimas. Somos un continente, a priori, que recibe flujos demográficos, tanto de ciudadanos de otros continentes como del mismo europeo. Con la corriente europeizadora, (de la que hay enemigos declarados desde hace tiempo, como Miguel de Unamuno y su cita “Debemos españolizar Europa”) y la creación de la UE, este continente no tiene una identidad clara, debido al heterogéneo capital social que lo forma. Es muy complicada la integración de otras culturas dentro de la forma de vida occidental, centrada en el consumismo, la economía liberal-capitalista y los vestigios de la influencia católica, puesto que ya sabemos que, de por sí, “lo desconocido aterroriza”. Por consecuencia de lo anteriormente expuesto, es irremediable lo que conocemos como “el avance de los partidos de extrema derecha” que se han autonombrados adalides del bienestar de los autóctonos, menospreciando a otras personas únicamente por sus raíces culturales, eliminando la poca confianza que residía ya, en el Estado de Derecho, y los Derechos Fundamentales e Iguales, para toda persona, por el mero hecho de serlo. Estos partidos, encuentran su público potencial, entre las clases sociales bajas y los jóvenes sin formación, acostumbrados a no asumir responsabilidades, y por lo que deben echar las culpas a “otros”, ¿no les suena esta historia? Puedo repetirles el final, 5.721.500 judíos asesinados, por él voraz hambre genocida de un “Salvador de la patria alemana”, y una fatal II Guerra Mundial.

El avance y la radicalización de los partidos conservadores, democristianos o tradicionales, da pena afirmarlo, pero únicamente es fruto de un desesperado intento de recalar un voto más, y de dar a la “gente” lo que desea escuchar. “Pan y Circo” ya decían los antiguos y no crean que han cambiado mucho las cosas, el populismo es un síntoma más, tanto de la mediocridad y putrefacción de las manos en las que en muchos países europeos se deja el poder, como del rumbo al que vamos de forma imparable. Y a, esta corriente populista y xenófoba, como no podía ser de otra forma se ha sumado el partido que representa la corriente conservadora en España el Partido Popular y la cuestionada campaña de sus Nuevas Generaciones en los comicios catalanes. ¿Dónde nos conducen estas conductas?

Hace pocos días, en la revolución del Parlamento italiano, donde a punto estuvimos, de ser testigos de la destitución de “Il Cavaliere” como primer ministro, se le acusó de populista y su defensa fue: “Igual de populista que Sarkozy, Merkel o Zapatero” sin ningún tipo de pudor al responder.

Antes de continuar, me gustaría hacer una alto en el camino, e intentar divagar sobre hasta dónde es posible que nos lleven estos síntomas, y es que no está en juego, ver si los inmigrantes nos quitan nuestro trabajo o nuestras mujeres como muchos intentan hacer creer, y esperan el aplauso fácil, sino que seremos testigos de la vuelta a los “estamentos” y diferencias sociales, entre personas IGUALES, no olvidemos eso, estamos tirando por tierra, las vidas de millones de personas, que han luchado por lo que a día de hoy tenemos o intentamos obtener. Va a ser cierto eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Debemos encontrar en la diversidad un valor positivo y no como nos intentan hacer creer algo, contra lo que luchar y por lo que temer. Debemos tener como prioridad la complementariedad que existe entre el modelo social multicultural y el republicano-cívico, puesto que los derecho de libertad religiosa y civil deben ir de la mano, puesto que no podemos olvidar el ámbito privado de las personas y también protegerlo frente a agresiones de estos actores anteriormente mencionados. Esta crisis de valores en la que está sumergida Europa, (por qué, no nos engañemos ha quebrado algo más que el modelo económico, a quebrado un modelo social, como dice un dirigente socialista), el retroceso al que empuja esta corriente radical, va en perjuicio de muchas variables que para la “gente”, como a muchos les gusta llamarnos, son totalmente desconocidos, como variables económicas, sociales o incluso de salud democrática.

Es evidente que la agenda-setting ha cambiado, deberes como la transparencia, la accountability y representatividad han pasado a un segundo plano para dejar paso a la continua guerra electoral. Hace, no tantos años, estos partidos tradicionales, eran los que llamaban masivamente a los inmigrantes, puesto que eran necesarios para copar la falta de efectivos, para trabajos de baja remuneración y puestos no cualificados, pero eso queda ya en el olvido, y como si de objetos se tratasen, estas personas ya no son útiles.

Para finalizar, hemos de caer en la cuenta de que en gran medida el discurso y los temores que estos partidos no hacen llegar, son infundados, puesto que hay ejemplos claros de odio a lo diverso, sin parar siquiera a pensar en el nacimiento de dicho odio. Vamos a tener que dar la razón al filósofo político, Karl Max y su afirmación de que “el motor historia es la lucha de clases”, pero en lo que no reparamos es que, las élites políticas son las que crean estas conciencias de clase.

¿Cómo terminaremos? TO BE CONTINUED...

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