Tardes de lluvia y oscuras habitaciones. Momentos en los que tras cada puerta, mueble o rincón temes descubrir las sombras que pensabas olvidadas.
Tardes llenas de nostalgia, sentimiento y por desgracia resignación. Sueños, ideales, experiencias, momentos únicos, victorias, derrotas, palabras que pueden definir una vida. Soñar con grandes éxitos, ideales que encierran, revolución , igualdad, libertad, en definitiva una forma de vida que no puede ser enseñada o aprendida, solo inspirada, experiencias que crean el resultado de lo que hoy somos, momentos únicos que desearíamos repetir pero que en el fondo no queremos revivir, Victorias y derrotas que han sido las especias de nuestro día a día.
Tardes en las que sentimientos se esconden tras escurridizas palabras que no los reflejan pero que preferimos queden así.
Tardes en las que todo es definido por otras personas a las que ni siquiera conocer pero de las que parecen hayan disfrutado paso a paso cada instante.
Tardes en las que... “iré a buscarte a los sitios acordados, aunque tú no vengas, aunque me hayas olvidado, te escribiré los versos que nunca te hice, y seré puntual como siempre quisiste”
En fin ya saben, hay tardes y tardes…
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